jueves, 14 de agosto de 2008

Dejadme ser ingenuo esta noche


Dejadme ser ingenuo esta noche
Dejadme pensar que somos algo así
como Etienne Navarre e Isabeau.
(Menos rubios, tal vez, es cierto…
No se puede tener todo…)
De día tu eres un águila y yo un condottiero proscrito,
de noche yo soy un lobo y tu una dama errante.
Sólo que nuestros días no los marca el sol, y en nuestras noches no manda la luna.
Es una antigua maldición, bella de contar, terrible de sufrir.
Vuela libre, señora. Sabrás donde estoy por el brillo de mi armadura.
Posate en mi puño con el filo de la tarde.
Me tendrás de noche lamiendo tu mano, velando tu sueño.
Y en el Ocaso y en el Alba, por un sólo instante nuestro beso.
La razón para seguir. La caricia del Sol y la Luna.
No somos puros. No somos dignos.
Estamos malditos. Cierto. Merecidamente.
Pero que hermoso nuestro pecado y que gemidos de envidia levanta.
Donde estás, en tus tierras, recuérdame en tu vuelo.
Escribe mi nombre en tu cielo…
Mientras yo, lobo de las mil cicatrices
en mi bosque de asfalto
le callo a la luna mi aullido nostálgico.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Minami Kaze



“Consolaos con lo que os pueda agradar
Que no hay noche tan larga que no termine en día”
Y como yo no creo en Dios, yo creo en Shakespeare, le haré caso.
Pero a veces no basta con Shakespeare.
A veces el consuelo no está en los planes infalibles, en las coronas de laurel, en los discursos elaborados y llenos de sabiduría. No siempre se llega a la consolación por la filosofía, por mucho que se empeñe Boecio…
A veces todo lo que uno necesita es una voz femenina , dulce, tranquila que le diga con palabras simples que todo irá bien.
A ser posible la voz de alguien que haya sufrido, haya caído en el barro, y que , misteriosamente y contra todo pronóstico, evoque cierta inocencia.
Alguien que nos diga que somos toscos , brutales, crueles, que no sabemos jugar sin hacer o hacernos daño… Pero que nos quiere.
Aunque sea mentira.
Aunque la voz venga del auricular sudado de un teléfono.
O de alguien como Meiko Kaji.

Y de repente estoy mejor.
Se me había olvidado recordar que simple soy, que niño. Que terrible la vida y que hermosa.
La suerte que tengo en el fondo, se mire como se mire…

http://es.youtube.com/watch?v=hnp1pPzxZUM&feature=related

domingo, 10 de agosto de 2008

Cinco minutos más


A veces me gusta
pararme
a mitad del camino.
Quedarme unos minutos donde se supone
que no debo estar.
Apoyarme en una esquina y …
Fotografiar la calle sin cámara.
Sólo porque no hay motivo.
Sólo porque no debería hacerlo.
Oh si, me gusta.
Pero me vuelve peligroso ¿Sabéis?
Podría elegir otro camino.
Podría no volver.
Sé que podría...

A veces me gusta
leerte entre líneas
Detectar en tus palabras
las pequeñas heridas
de tu vanidad.
Paladear
lo que he adivinado
Y luego seguir leyendo y olvidarlo todo.
Todo.
Puedes respirar con alivio….
No aspiro a recordarlo.

A veces me gusta embrutecerme. Ser indigno.
Perderme el respeto. Actuar como un imbécil.
Eso dura semanas enteras
Y es terrible, aunque sólo para mí
Alguna vez ha durado años.

Mientras más débil me hago
Más me quiere la gente.
Cuanto más daño me hago
Más simpático parezco.
Todo estriba en saber contarlo bien.

Nadie sabe lo que yo sería
Si me diese de repente por juzgar
.



A veces
(Cuando intuyo que me mientes)
me gusta mostrarme dulce
Mientras imagino con fuerza
En morderte los labios
En pasarte por encima
En blanquear tu cara…
¿Nunca lo has notado?.

A veces

A veces me gusta levantarme y andar
Salir de mi tumba como un pastel sale del horno
Entre Lázaro y Magdalena
Volver a ser yo y a tener Alma.
Mi Alma insobornable.
(Llamo Alma a un proyecto
más allá de toda alteridad)
Erguirme en toda mi estatura.
Decir que en realidad...

Pero eso no os iba a gustar a nadie.
Así que me revolcaré otro poco
Entre las heces de la indulgencia.
Cinco minutos más...
Sólo otro poco...