Madrid, octubre del 2007
Otoño. La noche va seduciendo al día lentamente
Las luces llegan tarde, los crepúsculos son oscuros
Los rostros palidecen bajo los tubos fluorescentes
-La carne blanca delata el duro chocar de los cuerpos
Los expone como si estuvieran aún mas desnudos-
Un lunes de otoño...Que triste comienzo...
Brazos que se entierran en las primeras mangas largas
Otoño. Ventanas cerradas para dormir. Olor de mantas
atenuado por el primer catarro, por el perfume del te negro
cada vez mas caliente, cada vez mas cargado y mas denso
cada año mas parecido a una droga o a un veneno.
II
Me miro las manos, que aun no parecen hojas muertas
(Otro año me libro del símil, odioso de puro gastado)
Cercados de sombras azules, cada vez mas ciertas,
Me miro los ojos, cada vez mas grises, mas cansados
Ojos gastados de seguirse asombrando.
Ojos que saben demasiado de demasiadas tinieblas...
(Este malsano orgullo me seguirá delatando...)
Otoño. El otoño de mi eterno descontento
III
Veo profesores ajárse al ritmo del cuero de sus carpetas
Veo rostros jóvenes hundidos en libros flamantes
Veo las fichas nuevas de las bibliotecas
Veo combarse de agotamiento los viejos estantes
(Cada vez mas libros y menos gente que los lea...)
Los periódicos cada vez peor redactados
Las viejas ideas pululando por mentes nuevas
Las sillas vacías en la sección de “Humanidades”
Los viejos poetas cada vez mas olvidados
Niños somnolientos colgar de la mano de sus madres.
(El futuro que llora por tener que ir a la escuela...)
Cada vez mas viejos frecuentar las facultades
(La soledad, fina espuela, es tan mala compañera...)
IV
Te veo vestirte, la cama deshecha, tu sonrisa forzada
Las medias tan rotas como lo está tu esperanza
Cansada tras el sexo, pero al fin, decepcionada
No he dicho “Te quiero”, y el tiempo se acaba.
Miro por la ventana, saludo al otoño.
Veo a las parejas buscar la penumbra de los portales
(Enamorarse en otoño siempre fue la mas extraña tarea,
Un imposible, una hazaña digna de inmortales...)
Veo el batallón de los desahuciados,
de las almas en pena
De los rendidos a la rutina,
de los desangelados
De los resignados al tedio,
de los abandonados...
De los contentos de si mismos...
y de los funcionarios...
V
Pasó el verano, otro brillante verano, y nada ha cambiado.
Todo se mueve para seguir siendo eternamente lo mismo.
Las promesas de amor no han traído ningún compromiso.
Los bellos versos no han sabido cubrir su propio abismo...
Sensación de estar preso de la misma vieja historia.
Horror de lo ya visto, horror de mi buena memoria,
De este esperar lo peor y estar fatalmente en lo cierto.
De este asumir que juego con las negras siempre,
Que huyo eternamente con un rey acosado y muerto,
Por la inacabable partida que retomo en septiembre...
¿No acabará este luchar y luchar por el triste contento
De mantener una absurda fe , un loco optimismo.?
Que breve la vida, que ingrato el Arte
No he sabido darte la vida ni matarte
Que largo el trabajo, que incierto el esfuerzo...
Cuanto dolor encerrado en tan malos versos.
El Amor no ha caído llovido del cielo
Al deseo lo envenenaron de muerte los Celos.
Arriba sigue tan oscuro como oscuro está Abajo.
La sabiduría no me permitió ningún atajo
Isis se quitó el velo. Bajo él... mil otros velos.
VI
Otoño, y la Noche no me regalará mas sueño.
Las caricias resbalarán sin quedarse en mi cuerpo.
Otoño, y seguiré atado a las ruinas de mi destino:
La lucidez , el compromiso de ser Yo mismo.
Tratar de que el dolor no me vuelva mezquino.
Mantener la mirada siquiera un poco mas atenta
Desconfiar de abdicaciones , huir de conformismos.
Morder, si me encadena, la mano que me alimenta.
VII
Cercado estoy, y sin ayuda. Ultima resistencia,
De una ciudad poblada ya solo por tu Ausencia.
Amo el otoño porque en él todo es verdadero
Amo el otoño porque no hace promesas falsas
Amo el otoño porque en su crueldad es sincero
Amo el otoño porque su lluvia sucia nos lava.
Amo el otoño como suelo amar un cuento triste
Como amo, para mi mal, a Hermosas Desquiciadas
Como sé que me ama cada pena que me embiste
Como amo saber que es la Muerte quien me besa...
Como perdono tu afectación de experta vampiresa...
Como acepto que me odien quienes me amaron antaño...
Como cultivo mi difícil mezcla de Bufón y Ermitaño.
VIII
Otoño...Soberbia lección de decadencia.
Celebración del inevitable camino de bajada.
Voluptuoso deshojarse de la flor de tu inocencia.
Guiño cómplice de la Muerte agazapada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario