miércoles, 13 de agosto de 2008
Minami Kaze
“Consolaos con lo que os pueda agradar
Que no hay noche tan larga que no termine en día”
Y como yo no creo en Dios, yo creo en Shakespeare, le haré caso.
Pero a veces no basta con Shakespeare.
A veces el consuelo no está en los planes infalibles, en las coronas de laurel, en los discursos elaborados y llenos de sabiduría. No siempre se llega a la consolación por la filosofía, por mucho que se empeñe Boecio…
A veces todo lo que uno necesita es una voz femenina , dulce, tranquila que le diga con palabras simples que todo irá bien.
A ser posible la voz de alguien que haya sufrido, haya caído en el barro, y que , misteriosamente y contra todo pronóstico, evoque cierta inocencia.
Alguien que nos diga que somos toscos , brutales, crueles, que no sabemos jugar sin hacer o hacernos daño… Pero que nos quiere.
Aunque sea mentira.
Aunque la voz venga del auricular sudado de un teléfono.
O de alguien como Meiko Kaji.
Y de repente estoy mejor.
Se me había olvidado recordar que simple soy, que niño. Que terrible la vida y que hermosa.
La suerte que tengo en el fondo, se mire como se mire…
http://es.youtube.com/watch?v=hnp1pPzxZUM&feature=related
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
... Aunque sea mentira.
Qué poder tienen sobre nosotros algunas palabras, como cuando de pequeño caíamos y mamá decía de forma tranquilizadora: "no te has hecho nada". Y, a veces, aunque desconfiemos de su veracidad -y la incertidumbre puede no añadir sino morbo al asunto-: ¡qué importará que sea verdad o mentira! ¡qué suerte la mía, por poder oírlas, qué suerte!
Publicar un comentario