viernes, 19 de octubre de 2007
flashback
Que bandazos...Mientras sigo mirando embobado los colores del otoño y empapandome de melancolia existencial rusa del siglo XIX, me llegan las fotografías del ultimo espectáculo que hice,el texto de Vinaver del que ya he hablado en este desahogadero. Si las teorías de la reencarnación son ciertas, un actor debería alcanzar la liberación antes que un monje. En un año vives de tres a cinco vidas... ¿Que pensaría "Trigorin" de "Guillermo"? Solo en un escenario esa conversación sería posible. Imagino toda una dramaturgia basada en las confrontaciones entre los grandes y pequeños personajes de la literatura dramática. Pero haría falta un nuevo Papini para escribirla...
jueves, 18 de octubre de 2007
Memento
Actuar es maravilloso.
Oh, si , lo sé, lo sé. Es lo que se supone ¿No?
Pues no. Normalmente no lo es.
No me pondré quejica, ya se que mucho peor es estar picando piedra, bajando a una mina en Asturias, que mas cornás da el hambre...
Pero disuelta la ilusión inicial, cuando uno se resigna tras años de esfuerzo a una cadena de hechos punzantes, de verdades dolorosas sobre la profesión, sobre este ídolo al rojo vivo que alimenta a cuatro desaprensivos a costa de la ingenuidad y la esperanza de miles de almas cándidas, la tentación del cinismo se hace demasiado fuerte. No le hables a un actor maduro del placer de crear, del veneno del teatro, de la droga del aplauso. Un actor maduro necesita su dosis de cinismo como un enfermo del riñón su diálisis.
Pero hay días como hoy, en los que no se sabe por que concatenación astral, por que azares del cansancio vuelto droga alucinógena, por efecto de que choque emocional, uno recuerda porqué y a santo de que tantos sinsabores y tantos esfuerzos.
No es un ataque psicótico como los que se imaginan los profanos, en el que te vuelves tarumba y te crees el personaje, con olvido de quien eres y donde estás.(Eso lo curan las pastillas)
Es mas parecido a ceder el control.
A ser un espectador mas de lo que tu cuerpo hace y tu voz dice. Y a emocionarte, también como espectador, con lo que ese Algo hace con tu cuerpo.
Si hablo de un “Yo superior artístico” me hago sospechoso , y me voy al garete en un naufragio de misticismo. Si hablo de “inconsciente” me meto en un debate psiquiátrico o pseudopsicológico que ni tiene objeto ni me interesa ya.
Hablo de esos momentos en que un siente que el talento, sea lo que sea, es algo que viene de fuera. Que la inspiración, se coma cómo se coma, es algo que no viene de adentro sino de... Otro Lado.
Y para recordarlo, aferrarme a ello y celebrarlo escribo esto.
viernes, 12 de octubre de 2007
48.
I
12 P.M
En la mano un teléfono mudo.
Hay silencios que duelen mas que bofetadas.
Estoy débil, demasiado débil.
Entiéndeme.
Hace daño.
Esta noche todo me hace daño
Hasta el roce de mis parpados.
Es una forma sutil de indefensión sentir
A tu padre tan frágil
Hablando ya de Irse
A tu hijo tan pequeño
Pidiéndote la mano.
Detrás
la mirada
De la Mujer Decepcionada:
la que colecciona mis flaquezas,
las amplía y reinventa...
Y en medio de mis inseguridades yo
Puente generacional
minado por aguas turbulentas.
Mago crucificado por falso Mesías.
suspendido entre dos manos y una
Ausencia, con una mirada
Alanceando el corazón.
Con una esponja mojada
en agrias memorias
empapando los labios.
Ecce homo lampiño vestido de negro.
El pelo revuelto y los bolsillos vacíos.
Rodeado de Iscariotes, soldados y putas.
No me acostumbro a ver
Esta cara cansada en el espejo
Lisa y sin barba
como la de un niño o un viejo.
No la soporto si no se refleja
Abrazado a la tuya.
No quiero depender de tu cariño.
Pero me he acostumbrado ¿Sabes?.
Mi cuerpo busca tu forma en sueños
E imita cucharas vacías y sin reflejo.
Contigo duermo apenas, mi cielo
Pero no consigo dormir sin ti.
II
02 PM.
Suena el teléfono. Reapareces.
Me confortas. Cedo. Que remedio.
Te reinstalas en mi centro. Ríes.
Me explicas un mundo sencillo y plausible.
(Quizás demasiado para ser cierto)
Alargo mi mano y me sirvo una absenta
Te escucho. Cómo hablas. Un torrente.
Así, mi Amor. Lava mis heridas.
Hazme sentir estúpido.
Abrazame con tu voz como la absenta.
Quema mis razones, abrasa mis dudas.
Si, lo sé, son sólo cuarenta y ocho horas.
Todo esta en pié, nada ha cambiado.
Me quieres te quiero mi padre duerme
Mi hijo duerme mi ex duerme
No puedo fallaros y yo también,
-espera que la absenta haga efecto-
Dormiré por obligación
Confiando en que mi mundo siga intacto.
Cuarenta y ocho horas al menos.
jueves, 11 de octubre de 2007
"Чайка"
En una ocasión pasé casi todo un verano descalzo. Eran tiempos felices, en los que las vacaciones me dejaban ir solamente de la playa al tatami. Cuando volví a ponerme mis zapatos, me encontré con que la forma que el cuero había tomado ya no coincidía exactamente con la de mis pies.
Algo muy parecido se siente al retomar un personaje que uno ha dejado dormir durante un año.
Ahí están las marcas, las partituras de acciones fundamentales, los moldes de las frases que el oído recuerda... Pero al igual que las aguas del consabido río, todo ha cambiado al bañarse en ellas. O soy yo quien más ha cambiado desde la ultima vez que me puse la chaqueta de Boris Alexieyevich Trigorin. Me está resultando mas perturbador que otras veces. Se que esta vez no lo haré igual. No se si lo haré mejor... Trigorin es un hombre que sufre porque acosado por la inspiración no vive; o vive una existencia fantasmagórica y supeditada a la literatura. Yo estoy seco como el último pozo antes del desierto.
Necesito descansar.
Pero no puedo. No me dejarán.
"Noto que devoro mi propia vida, que para obtener la miel que luego doy a desconocidos, recojo el polen de mis mejores flores, las arranco y después pisoteo sus raíces."
En esa frase si que puedo sentar el culo.
viernes, 5 de octubre de 2007
In hoc lacrimarum Valle
El dolor me fascina. No es que sea masoquista, aunque he llegado a temerlo en otras épocas de mi vida. (Se que una cosa y la otra van de la mano, pero temo estar mas cercano al sadismo que al masoquismo) Sencillamente no conozco otro revelador mejor de la condición humana, una más precisa piedra de toque del temple de un ser humano, ni un igualador mas universal, si prescindimos de la muerte. Sólo el ser humano tiene la capacidad de sobreponerse al placer y al dolor. Sólo nosotros somos capaces de renunciar a una gratificación por fidelidad a un compromiso, o de aceptar sufrir a cambio de obtener conocimiento. Esa es la primera y la última lección de la tragedia: El dolor puede hacernos sabios. E incluso la familiaridad con el dolor nos salva de algo peor que el dolor mismo. Nos hace menos accesibles al miedo. Nunca una situación penosa me ha perturbado tanto como el previo temor a sufrirla.
Quizás la pregunta clave para entender una cultura sea su concepción de la muerte, pero la pregunta que nadie responderá sinceramente, y que nos revelará casi todo de un individuo, es la que atañe a la manera en que combate, acepta o justifica la existencia del Daño en el mundo. Quizá nuestra sensibilidad al displacer y nuestra tolerancia ante el sufrimiento propio y ajeno influye mas en nuestro comportamiento que nuestro discurso ético o político.
El dolor es la aguja imantada de nuestra brújula personal. Por mucho que el placer sea el norte.
¿Cuánto dolor eres capaz de soportar en tu lucha por cumplir tu ideal de ti mismo?¿Cuánto dolor eres capaz de infligir?
No hay cosa que despierte mas admiración en las mal llamadas “culturas primitivas” que la capacidad para soportar el dolor. Está claro que en la nuestra la dureza está bajo sospecha. Ni la abnegación ni la capacidad de sacrificio están entre los valores de la sociedad de consumo. Pero sobrevivir y adquirir sabiduría siguen siendo necesidades.
Hay un dolor que me indica que esfuerzo mi cuerpo al máximo, y que debo superar si quiero rebasar mis límites. Hay una desazón que me indica que no hago las cosas tan bien como quiero, y que no debe frenarme en mi eterno aprendizaje. Hay una irritación persistente cuando un argumento o un problema lógico se resisten a mi comprensión inmediata. Hay una solidez punzante en medio del pecho que me avisa de que me engaño a mi mismo, o me hallo en riesgo de permitir que me engañen, y que debo vencer la comodidad de evitar una confrontación.
El placer es el norte. Pero sin aceptar el valor constitutivo y formador del dolor, el placer se nos escapa como el agua de un río sin orilla que la contenga. Sin una aceptación, sin una hermandad con el dolor constructivo, el placer nos entrega atados de pies y manos al miedo. Es de las pocas verdades comunes a toda religión y a toda filosofía, a todas las medicinas espirituales con o sin anestésicos, al Cristianismo, al Budismo y a la Stoa: En la génesis y en el punto de mira de todas las grandes construcciones culturales de la humanidad está la aceptación a regañadientes del Dolor.
“In hoc lachrimarum valle”
O en otros terminos:
Me derrumbo en mi silla. Silencio.
Algo me falta,( y no eres solo Tu).
No solo la ausencia de ruido es silencio.
Es parecido a perder un sentido.
A hacer el amor con guantes o a oír
Música cuando se está bajo el agua.
Es parecido a dejar de oír mis latidos
Tal vez me falte el Dolor, viejo amigo,
Mi amigo el Dolor, que me salva del miedo...
Perro fiel que vela mi sueño
Y al que sólo puedo alimentar con mis carnes.
No soy masoquista. No lo echo de menos
Pero ya hace tiempo que he resuelto
Que no se quien soy, si no soy un esfuerzo.
Y el precio es Dolor, sin reniego lo asumo.
Es mi fondo peludo y primitivo
De buen salvaje que nada admira mas
Que la capacidad de sacrificio:
El enemigo que resiste el tormento,
Las cicatrices de guerra en la cara,
O el tatuaje que cubre todo el cuerpo.
También opina así mi pensador oculto,
Que esfuerza su vista en la selva de signos,
Que sufre porque no entiende para nada este Todo,
Que se consuela de no ser sabio buscando ser culto.
O el dramaturgo loco y llorón de mi azotea
que no acaba de lograr en palabras,
En gestos, ni en actos, la perfección que desea.
“Descansa , hombre, vive y disfruta,
vuelve al redil de los que no se esfuerzan,
la vida es breve y el arte apesta,
hierve los laureles y sírvelos a la mesa,
pon la tele y encarga una hamburguesa.”
No se hacerlo, ya no puedo, dime cómo.
O hablame de tu perro fiel, de tu dolor.
Dime cuánto soportas, dime si lo amas.
Reconoce si pesa más que el mío
¿ Como justificas el escándalo, la tozudez
El despropósito, del sufrimiento
Piedra de toque de la condición Humana
verdadero igualador, mucho antes que la Guadaña?
Dime lo que piensas del dolor.
Es lo único en lo que todos mienten siempre.
Hablame de tu romance zoófilo con el dolor
De cómo te lo montas, quien se pone encima.
Hablame de vuestra convivencia.
Hoy el mío anda lejos, hoy puedo escucharte.
Porque empiezo a darme cuenta
De que para conocerte de verdad
Tendré que saberlo todo de tu dolor.
Y dejar que acabes conociendo el mío.