Nada es tan fácil de olvidar
Como lo mas importante.
Todo edificio acaba por hundirse
Toda palabra se ahoga en el silencio
Todo aplauso se apaga en el olvido.
Oculto, el sepulturero cuenta las cunas
Para saber su cosecha de ataúdes.
“Todo acaba. El hombre es mortal.
Humanos somos”. Amargo silogismo.
Ejemplo clásico del manual
Nos lo han dicho. Lo repetimos:
El latín no vela el aforismo.
Nada es seguro salvo que morir habemos
Mil veces escuchamos lo mismo.
Moriremos todos....Pero no mañana ¿verdad?.
Mueren siempre los otros. No hay indicios
De que un accidente, el odio o la edad
Excaven bajo el paso un precipicio.
La muerte no esta lejos. La muerte es absoluta lejanía.
Pensando en las baratijas de la vida cotidiana
No advertimos la sombra furtiva y fría
Que se lleva nuestro esfuerzo, la memoria
La inocencia, el amor, la valentía...
Cuanto mas intensa luz, mas negra sombra...
Algunos recordamos la Muerte
Rondando por los bancos de la iglesia
Ataviada con casulla jesuítica
Una muerte con collar, perra de presa
Azuzada contra las seducciones del pecado.
“Culpa..Muerte. Castigo. Infierno.
hay que resignarse, hijo, ser buen esclavo.
¿La vida? Una prueba, Él tiene un humor siniestro
Dios disfruta de ver caer en fuego eterno
A aquellos a los que el mismo ha cegado.”
Recuerdo haber escupido en ese cráneo pelado
Contra esa máscara de calavera bien secada.
“Un hombre libre no tiene miedo a la muerte”
y el grito ingenuo, pero digno, de ”libertad o muerte”
se volvió un “Libertad” sin muerte, a secas.
Paso aquella euforia. Calló el cura.
¿Libertad? ¿De que? ¿Frente a quién?
¿Por qué siento aun peso de cadenas?
Descubro una voz aterciopelada
La misma que acaricia las antenas.
No exige: invita. Pero, en el fondo, inquieta.
“Atesora. Consume. Reserva.
Vivirás siempre. ¿No necesitas?
Entonces colecciona. Endeudate.
Vivirás siempre. Compra hoy
Paga toda la eternidad en cómodos plazos.
Vivir es comprar. Es la orgía del poseer.
Trabajas tanto... mereces estas cosas
Y que, si no hay tiempo de disfrutar.
Date un capricho. El capricho es la ley.”
“¿El capricho es ley?”¿Dije “Basta”
y afirmé mi autonomía y albedrío,
creí que por amor a la Verdad,
creí que por forjarme mi destino
y fue todo vanidad de vanidad?
¿Quién la Regla me dará, el áureo principio,
distinguirá lo que es importante de verdad
de lo que es flor de un día, puro capricho.?
Busco en mi el viejo respeto a la guadaña.
¿Temo hoy a la muerte? Jamás.
Temo a la impotencia, al sufrimiento
temo a la soledad y al fracaso
temo al ridículo y al desprecio.
Temo, ante todo, al aburrimiento.
La muerte es siempre algo tan lejano...
Parece un mito, un cuento, el hombre del saco...
Moriré. Pasaré. Dejaré este asiento vacío.
¿Qué morirá?¿Qué se irá conmigo?
Por de pronto mi voz. Mis gestos característicos.
Esta forma de andar que me anuncia.
El arco interrogante de mis cejas
El hueco de mi cuerpo en un colchón viejo.
Quedarán mis libros tatuados con mil notas
La huella de mi mano en el puño de una espada
Y la huella de mis pies en el cuero de mis botas.
Cuadernos maltratados de hule añejo
Cartas no enviadas , pero tampoco rotas
Fotos tomadas a través del espejo
Trastos, despojos, y las cosas mas idiotas...
Regalarán mi ropa, eso es un consuelo:
contribuyo con negro a mi propio luto.
Regalarán este engendro en que tecleo,
Lleno de archivos en un caos absoluto.
Me alegro, esta todo bien, dadle buen uso.
Imagino una eternidad como consumidor contento
Imagino ser siempre un comprador iluso,
y casi me derrumbo de puro agotamiento.
Me alegro. Me refresca pensar que no soy eterno.
Terapia suprema, inyección de sentido.
Ya no me aflijo ni tampoco me consterno
por esa nimiedad que hoy no he conseguido.
¡Que bueno recordar que nada dura siempre!
Que para intentarlo puede no haber otro día.
Que es fácil morir sin haber dicho “te quiero”.
Que toda vergüenza es siempre tontería.
Que el descanso puede estar a la vuelta de la esquina.
Que de pura dejadez uno puede morir esclavo.
Que el secreto de una voluntad diamantina
es hacer cada día lo que esté en tu mano.
Derrochar energía como si fuese el final de la carrera,
ante cuya vista el cansancio se vuelve ligereza.
Pensar en la vida que nos roba la pereza.
Pensar en lo ilusoria que es toda barrera.
Para quien no deja salir de su cabeza
que lo importante no es superar o no la prueba,
que lo importante es marcar bien la propia huella.